En el inicio de curso o en cualquier momento del primer trimestre se puede realizar una dinámica para conocer más al alumnado y saber qué propósitos y metas se plantean para este curso.
Realizar una actividad simbólica en la que sus propósitos conecten con ellos mismos y también les ayude a recordar el crecimiento constante que quieren alcanzar.
Cada alumno tendrá una hoja con la silueta del árbol de la vida, con sus raíces y sus ramas. Tendrán que rellenar estos árboles con hojas escritas con sus propósitos y metas para este curso.
¿Qué pasos puedes seguir en clase?
1- Hacer una reflexión individual.
El alumnado necesita tiempo para pensar sobre sus objetivos personales, metas académicas y personales, aquello que quieran lograr.
2- Rellenar las hojas.
Tienen plantillas de hojas que pueden usar para recortar, calcar, dibujar o pegar. En ellas tendrán que escribir esos propósitos, tienen que ser realistas.
3- Colgar las hojas en su árbol.
Según hayan decorado esas hojas podrán pegar dónde y cómo quieran. Cada hoja será un testimonio visual de sus sueños y aspiraciones para este curso.
4- Compartir y motivar.
Después de colocar sus hojas en el árbol, pueden leer y observar los propósitos de sus compañeros y compañeras. Esto no solo les conectará como clase, sino que también les motivará mutuamente.
5- Revisar durante el curso.
A medida que avance el año, se debe encontrar momentos para revisar su árbol de propósitos. Tendrán que reflexionar sobre el progreso que han logrado y ajustar sus metas según sea necesario.
¡Este árbol será un recordatorio constante de su crecimiento y éxito compartido!
¡Si te funciona, ya me contarás qué tal!